Denuncian a dirigente estatal de Movimiento Ciudadano de libidinoso


Javier DUARTE MORALES
En el año pasado de 2012, se acusó al presidente estatal del Partido Movimiento Ciudadano (MC), a Saúl Rubén Díaz Bautista, de utilizar la sede de Movimiento Ciudadano  como hotel de paso, de haber encontrado en sus oficinas preservativos y ropa interior de sus  ex secretarias que acosaba para saciar sus intereses de placer.

El escándalo del acoso sexual y las amenazas han puesto al descubierto al Partido Movimiento Ciudadano (MC).

Trascurrió que Rubén Madrigal Martínez, integrante de la Comisión Operativa de Movimiento Ciudadano (MC) que encabeza el coordinador estatal de dicho instituto político, José Soto, fue acusado de acoso sexual.

Un grupo de mujeres denunciaron a Rubén madrigal Martínez de ser un “libidinoso” que contrata a las mujeres y luego no les paga sus servicios hasta que no accedan a sus pretensiones sexuales.

Las victimas que han sido presas fáciles para este operador político de Movimiento Ciudadano (MC), no quisieron revelar sus nombres por obvias cuestiones, pues temen que haya represalias en su contra, pero que en su momento ante las instancias correspondientes presentarán nombres, fotografías y documentes comprobatorios de los hechos.

También, las denunciantes dijeron que ya están cansadas de hostigamiento y acoso sexual del operador político, “que ha despedido a secretarias de manera injustificada”.

La denunciante, quien denunció estos hechos a éste medio de comunicación, aseguró que Rubén Madrigal hace alarde que cuenta con el apoyo de la Dirigencia Nacional y que tiene amigos influyentes, “por lo que es mejor que no lo denuncien”, pues su voz no sería escuchada en ningún instancia correspondiente De la misma forma: las ofendidas se armaron de valor y rompieron el silencio para denuncias estos hechos “bochornosos” que han sido presa fácil de este político que pinta naranja, por lo que denunciaran ante las instancias correspondientes como el Ministerio Público, como a la Secretaria del Trabajo porque han sido “echadas” injustificadamente de su centro de trabajo.

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