Pareciera estarse instrumentando una estrategia para dividir a la prensa entre buenos y malos, para así poder controlar a los periodistas incómodos a través de sus colegas.
Exacerbar los ánimos de los trabajadores de la información exhibiendo
la situación patrimonial de quienes han tenido la fortuna de tener un trabajo muy
bien remunerado parece ser la nueva estrategia. Llevar la “lucha de clases” al
ámbito periodístico nulifica la disidencia, postura que de modo incuestionable podemos
considerar es la esencia de la democracia.
Es evidente que exhibir sin el consentimiento del afectado la
situación patrimonial de quienes no son funcionarios públicos, -como es el caso
de los periodistas-, información que es del ámbito privado, es sancionado por el
Artículo 16 Constitucional, referente al derecho a la confidencialidad de los
datos personales.
Dividir a la prensa entre “periodistas patriotas” y en
contraposición “periodistas conservadores que sirven a intereses oscuros” significa
imponer la censura a través de la participación de los mismos trabajadores de
la información, lo cual debilita la libertad periodística que tarde o temprano
afectará a todo el gremio de forma integral. La sabiduría popular mexicana dice
que “la cuña para que apriete debe ser del mismo palo” y este principio parece
ser la estrategia para censurar la disidencia y las voces incómodas del
periodismo a través de la participación de sus colegas.
Contrapuntear a la prensa, -no a través de estimular el sano
debate de ideas-, sino utilizando algo tan ajeno a la actividad periodística como
lo es penalizar el éxito económico, -como si fuese un acto reprobable-, es tan
absurdo como cuestionar, -después de una derrota-, a los jugadores de nuestra
selección nacional de futbol, -no por el desempeño de cada uno en la cancha-,
sino por su salario y prestaciones en el club que los tiene contratados.
Hacerlo, significaría un linchamiento mediático que pondría en riesgo su
integridad física.
Todos sabemos que los salarios de las estrellas del futbol,
-y en general de todo el deporte profesional-, son exorbitantes, pero también todos
lo aceptamos como normal, pues es la retribución al talento y las oportunidades
que a veces nos puede dar la vida.
Del mismo modo sucede con la situación patrimonial de las
grandes figuras del espectáculo comparada con los ingresos modestos de la
mayoría de los trabajadores de la industria del entretenimiento. Y de la
política ni hablar; la calidad de vida que se dan los políticos y funcionarios
públicos de primer nivel, -esos que aparecen continuamente en los medios de
comunicación masiva-, contrastada con la vida austera del funcionario público
modesto, en México es de escándalo.
Este hostigamiento a los líderes de opinión del periodismo
profesional persigue un fin perverso, que es destruir su credibilidad, -no
porque su reputación profesional esté en entredicho-, sino provocando un
linchamiento popular a través criminalizar sus ingresos económicos.
La libertad de expresión nace de la interacción de las
fuerzas sociales que impulsan la pluralidad, lo cual a su vez fortalece la
democracia. En contraste, coartarla es el camino hacia la represión de las
ideas, lo cual tarde o temprano se manifiesta a nivel social en la pérdida de
las libertades cívicas, como sucede en los países con gobiernos totalitarios.
Hoy la libertad de expresión está en riesgo, -igual que el
derecho a la información que tiene el ciudadano-, como resultado de la
estrategia impulsada desde el gobierno para provocar el linchamiento de los
periodistas opositores, teniendo como verdugos a sus mismos colegas, menos
favorecidos económicamente.
Este peligroso contexto se está propiciando al estimular, -no
una rivalidad profesional, lo cual es sano si esto significase competencia-, sino
el rencor derivado de la inequidad salarial.
Ojalá la prensa unida no caiga en estos juegos perversos que
nos desunen y juntos defendamos la libertad de expresión.
RUSIA
CONTRA EL MUNDO
La reacción de cada país frente a la crisis que vive Ucrania
define su identidad, sus valores y su compromiso con la justicia.
Mientras Estados Unidos impone fuerte sanciones financieras
contra Rusia con la expectativa de doblegar a ese país, -debilitando su
capacidad económica para que le sea imposible continuar financiando esta guerra-,
España envía armas a Ucrania para que se defienda.
Francia, Inglaterra y Canadá rechazan abiertamente la
invasión rusa y en general toda la Unión Europea. La presidenta de Taiwan y sus
funcionarios donan su salario para la defensa de Ucrania, además de enviar a
ese país invadido ayuda humanitaria y suministros médicos.
Se dice que la guerra económica que han lanzado contra Rusia
los Estados Unidos y la Unión Europea, -más Canadá y otros países-, están
empinando a Rusia hacia un colapso financiero, lo cual nos ofrece una visión de
las guerras del futuro, a las cuales podremos calificar como confrontaciones
virtuales.
Estas son las nuevas formas de la guerra.
VOLODIMIR
ZELENSKY
El carisma que transmite Volodimir Zelensky, -el presidente
de Ucrania-, se está convirtiendo en elemento decisivo de resistencia para esta
nación que hoy enfrenta la invasión rusa.
Su mensaje virtual transmitido a través de una pantalla ante
el pleno de la ONU y la ovación que este recibió, contrastada con el rechazo
que quedó patente cuando estos mismos representantes de la comunidad
internacional abandonaron la sala cuando le tocaba al representante del
gobierno ruso ir al pódium para defender su invasión, nos muestran los nuevos
protocolos de la diplomacia.
El carisma de Zelensky se ha convertido en un efectivo liderazgo,
que ha sido capaz de levantar a la comunidad internacional en contra de la
actitud expansionista del presidente Putin.
Sólo alguien con el talento histriónico y la experiencia
mediática del presidente de Ucrania podría alcanzar el reto de convertir un
problema regional en un asunto global y ello nos describe el perfil de los
líderes políticos del futuro, que ya no vendrán de la política tradicional, sino
de la sociedad civil.
¿A usted que le parece?
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