México está dividido y confrontado, entre quienes queremos la democracia y estamos luchando por protegerla, -y por otra parte-, quienes a cambio de reivindicación social, -para exorcizar a sus demonios personales-, y recibir una supuesta protección, están dispuestos a sacrificar su propia libertad y entregarla como ofrenda incondicional a su caudillo.
Debemos reconocer que con nuestra indiferencia hemos permitido
el surgimiento de una sociedad dividida por las injusticias en los ámbitos
económico, social y jurídico. Esto ha generado una mayoría ciudadana
vulnerable, temerosa del futuro y sin expectativas, para quien la libertad
significa un infierno vivido en la jungla de un país injusto en todos sentidos,
-y por lo tanto-, prefiere quedar bajo la protección de un modelo político
paternalista que le ayude a sobrevivir, aunque si no le ofrece una vida digna-,
por lo menos hoy le da el placer emocional de la venganza.
Esto también ha generado un fenómeno característico de
nuestros días: una base social que se ha sentido ignorada y olvidada y por ello
está enojada y resentida con la sociedad y el gobierno. Por tanto, protege a la
delincuencia organizada, porque ésta le defiende de los abusos de la autoridad
legítima, así como de un sistema político injusto y abusivo.
Además, la delincuencia se ha convertido, -para un sector de
nuestra población-, en un modo de vida aspiracional, que promete al individuo vulnerable,
alcanzar una imagen digna de sí mismo.
El poder derivado de la violencia criminal le ofrece un
respiro de abundancia económica, aunque dejarse seducir por esta fantasía conlleve
el riesgo de una vida corta y quizá, una muerte violenta y dolorosa.
Esto explica el desinterés de grandes sectores de nuestra población
por defender nuestra democracia. Para
este segmento social la palabra “libertad” genera más miedo que esperanzas. Es
la psicología de quien se siente presa fácil de especies depredadoras que están
a su rededor y operan con total impunidad. Por tanto, las “ganas de creer” vuelven
sensible a las promesas populistas de reivindicación social y empoderamiento
colectivo, a este segmento de la población.
Es más, el liderazgo social y político, -que es un fenómeno
psicosocial de masas-, nace del temor de la gente por tomar decisiones y
hacerse responsable de las consecuencias de ellas. Por tanto, siempre será más
cómodo ceder a un tercero que proyecta poder y autoridad, esa responsabilidad,
y mantenerse así en la zona de confort, pudiendo responsabilizarlo algún día si
el resultado de esas decisiones le fuesen desfavorables.
A cambio de que el líder asuma esa responsabilidad, la gente
le entrega en prenda su libertad de decidir, de votar y hasta de pensar
diferente y se adhiere de modo incondicional a lo que diga el caudillo. Sólo
así se entiende lo que hoy está pasando en México.
Ante las evidencias de errores y malos resultados del
caudillo-, hay quienes mantienen su lealtad ciega, culpando a otros, o a las
fuerzas ocultas… o quizá a una
conspiración de grupos de poder adversarios del gobierno y su proyecto.
Por tanto, el modelo autocrático y populista tiene un
significado de protección y reivindicación colectiva frente a la mafia del
poder, señalada por el caudillo.
Urge un pacto social, -que definitivamente jamás llegará
promovido por quienes hoy nos gobiernan-, pues para ellos, el contexto de
resentimientos y necesidad de reivindicación de un importante sector de
población representa el caldo de cultivo que les permite manipular las
emociones colectivas.
Entre más necesidades básicas sufra la población vulnerable,
habrá más presión social y resentimientos colectivos que liderar, lo cual fortalece
el poder seductor de los populistas.
Por tanto, es la sociedad la que debe tomar la iniciativa de
convocar a este pacto social.
Proteger la institucionalidad de los órganos de gobierno del
Estado Mexicano, -que es lo opuesto a los caudillismos personales-, es la única
garantía de justicia, equidad y orden social.
Fortalecer la calidad moral de los liderazgos políticos es el
reto de México.
Es necesario formar nuevos líderes, -que tengan vocación de
servicio social y no estén movidos por ambiciones personales-, e impulsarlos
políticamente para que ocupen los espacios de los viejos políticos dinosáuricos
que hoy nos mienten cotidianamente desde el “olimpo” del poder.
LA NACIONALIDAD SI CUENTA
Es de dar vergüenza la rapidez con que las autoridades
mexicanas resolvieron la desaparición de los cuatro ciudadanos norteamericanos secuestrados
en Matamoros, Tamaulipas.
En tan sólo cuatro días resolvieron el enigma y hasta el
presidente López Obrador dedicó tiempo de su mañanera del martes 7 para hablar
de este caso.
Sin embargo, es patente una insensibilidad ofensiva de este
gobierno frente a todos los mexicanos que desaparecen diariamente y ante sus
familias. Las menciones a las víctimas, en las mañaneras se expresan como
estadísticas. Las grandes tragedias familiares en las mañaneras se convierten
en simples cifras.
La rapidez con que se resolvió este caso de los norteamericanos
pone en evidencia que la violencia en México crece porque no hay voluntad
política para combatirla.
La denuncia del defensor de derechos humanos de Tamaulipas, -Raymundo
Ramos-, respecto a haber estado sujeto a espionaje por parte del Ejército durante
los últimos años, nos revela que este gobierno está más preocupado por vigilar
y espiar a adversarios políticos, activistas sociales y defensores de derechos
humanos, que a los delincuentes.
La capacidad de respuesta existe… lo que no hay es voluntad
política para ejercerla.
MENTES BRILLANTES
Resulta sospechoso que de los más de 500 candidatos que
hicieron examen de conocimientos para contender por las 4 posiciones de
consejeros electorales del INE, los cinco mejor evaluados pertenecen a la
aristocracia de la 4T.
¿Será que recibieron los exámenes previamente para
estudiarlos antes?
Es mucha coincidencia que este proceso que organiza
precisamente la Cámara de Diputados, sea liderado numéricamente por gente afín
a MORENA y que su puntuación en el examen de conocimientos sea tan alta.
Jaime Miguel Castañeda, -quien fue coordinador de asesores de
la representación de MORENA en el INE-, obtuvo 79 puntos de los 80 que es el
máximo. Bertha Alcalde Luján, -hermana de la secretaria del trabajo, e hija de
la presidenta del Consejo Nacional de Morena-, alcanzó 74 puntos. En total, de
los 508 aspirantes que presentaron examen, los seis mejor valuados, -con
calificaciones de 74 puntos para arriba-, son gente cercana a la élite del
partido MORENA.
Y SIGUE NICARAGUA…
El dictador Daniel Ortega ya cerró universidades privadas y organismos
autónomos… ¿Y la respuesta del gobierno mexicano?...
Dime con quien andas…
AMENAZA PELIGROSA
La actividad de los congresistas norteamericanos republicanos
que últimamente han exigido la intervención del gobierno de los Estados Unidos para
combatir a los cárteles mexicanos, colmaron la paciencia del presidente López
Obrador y como respuesta éste ha amenazado con realizar una campaña para que
los ciudadanos norteamericanos de origen mexicano no voten por el Partido
Republicano.
Esto representa una grave intervención del gobierno mexicano
en la vida democrática de Estados Unidos.
Nuestro gobierno es tolerante con los abusos que cometen los
dictadores Daniel Ortega en Nicaragua, Nicolás Maduro en Venezuela y el
recientemente condecorado por el Estado Mexicano, Díaz Canel, que gobierna Cuba,
pero reacciona abiertamente contra la vida democrática de un país amigo, que
además es nuestro principal socio comercial y el país donde viven casi 40
millones de mexicanos.
A su vez, criticó al gobierno de Perú, -presidido por Dina
Boluarte-, por haber galardonado al escritor y Premio Nobel de literatura, -Mario
Vargas Llosa-, de nacionalidad peruana, con una presea altamente valorada en
ese país.
Las reacciones intempestivas y emocionales de nuestro
presidente pueden crear graves conflictos internacionales. La política exterior
mexicana ha dejado de ser institucional y hoy se maneja de acuerdo al estado de
ánimo de quien nos gobierna.
MONOPOLIO EDITORIAL DESDE LA SEP
Marx Arriaga, editor en jefe de los libros de texto de la
SEP, decretó que son ilegales los libros de texto escolar editados por empresas
privadas.
Nadie le ha explicado a Marx Arriaga que él no tiene la más
mínima autoridad para decretar que los libros publicados por editoriales
privadas son ilegales. Serían instancias con autoridad jurídica las que podrían
determinar esto.
Es más, en México existe una ley antimonopolios y lo que él
pretende es monopolizar, -a favor del Gobierno e la República-, la edición de
libros de texto escolares.
El artículo 28 de nuestra Constitución establece que “En los
Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, las prácticas
monopólicas…”
La COFECE, o sea la Comisión Federal de Competencia
Económica, es la responsable de fomentar la libre competencia y castigar las
prácticas monopólicas.
El Artículo 28 de nuestra Constitución establece las
excepciones donde el Estado Mexicano tiene la capacidad de monopolizar una
actividad productiva y esto se da en las “áreas estratégicas”, como correos,
telégrafos, radiotelegrafía, energía nuclear, sistema eléctrico, exploración y
extracción de petróleo e hidrocarburos, entre otras actividades prioritarias
para el desarrollo nacional.
En ninguna parte se habla de monopolizar la edición de
libros de texto. Esto permite que la SEP publique, pero también que participen
editoriales privadas.
Evidentemente en las dictaduras como la cubana y la
venezolana la edición de textos educativos es monopolio del estado, para poder
manipular ideológicamente la mente de la niñez y la juventud.
Sin embargo, en México para robustecer nuestros sistemas
educativos requerimos fortalecer las fuentes del conocimiento, vengan del
sector público o del privado. Además,
los libros de texto no deben convertirse en un medio de promoción ideológica y
manipulación política, como parece ser que se están redactando desde la SEP.
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