Hector A. Gil Müller
Hace algunos días el diputado Sergio
Gutiérrez Luna abrió una audiencia pública en la cámara de diputados en la que
se expuso la necesidad de legislar sobre Fenómenos Anómalos No Identificados.
Inició la audiencia con el juramento a la verdad el comunicólogo mexicano Jaime
Maussan. Al final de su
intervención señaló: “Si son extraterrestres o no, no lo sabemos, pero eran
inteligentes y vivieron con nosotros. Deberían reescribir la historia”.
Cerrando su intervención y solicitando que México se convierta en el primer
país del mundo en reconocer oficialmente la vida extraterrestre. Aún dudamos en
la vida inteligente en el más acá ¿qué vamos a suponer en el más allá? Ya
México anda en el universo. Las sondas espaciales Voyager, un proyecto
popularizado por Carl Sagan y enviadas en 1977 incluyen un disco de oro que
contiene imágenes y sonidos de la tierra, entre los materiales que contiene
está “El Cascabel” un huapango mexicano escrito por el veracruzano Lorenzo de
Barcelata cantada por Antonio Maciel y las Aguilillas con el Mariachi de Pepe
Villa. Entre Johnny B. Good, Mozart, Beethoven, Bach, hasta Zampoñas,
percusiones y gaitas. Seguimos en la búsqueda de un mariachi interestelar.
Ya estábamos
preparados, pensando que la invasión extraterrestre seria distraída por el Cha
Cha Chá de Tito Rodriguez el cantautor puertorriqueño que advertía: “los
marcianos llegaron ya, y llegaron bailando ricachá”, forma en que se llamaba en
marte al cha cha chá. Por cierto, el 2 de julio, que recuerda muy bien Fox, se
celebra el día mundial del OVNI. Lo incierto, oculto o desconocido nos causa
temor. Un temor que si se deja crecer se convierte en miedo.
Simultáneamente,
mientras se exhibían en el recinto legislativo unos restos traídos desde Perú
de unos seres milenarios que si no son aliens serian botargas bastante mal
hechas. En un mundo virtual en el que el tiempo pasa o se detiene a diferente
velocidad que en el mundo real, Se viralizó la escena de la presentación de los
libros de textos del 26 de agosto, en la que Ana María Prieto Hernandez quien
presentó el libro de “Nuestros Saberes” y es profesora investigadora de la
Universidad Pedagógica Nacional bailaba en medio de su discurso y criticaba la
separación entre los de calificación de 10 y los de 5. ¡Peor será cuando se
entere que se les dice burros a los reprobados!
Ya sean
OVNIS o bailables la política, que es de todos, se vuelve tragicómica. Nuestra
exigencia y nuestra diversión se funden cuando las razones dejan de estar en
las acciones y se mueven solo las emociones. El miedo no anda en burro, como se
supuso en el bailecito, no va despacio.
En la
vida enfrentamos miedos que nos traen la ansiedad, como un huésped indeseable
que llega para quedarse. La precaución nos hace tomar acciones y el miedo nos
impide vivir. La precaución insiste en usar el cinturón de seguridad, el miedo
nos impide subir al vehículo. La precaución nos hace tomar acciones para
recibir el futuro, el miedo nos quita la opción de llegar a él. El miedo rompe
cualquier razón y levanta unos barrotes de una cárcel tan profunda como
obscura. No tiene límites el miedo.
A los
OVNIS, a la crítica viralizada, al cambio, pero también tenemos miedo al
pensamiento diferente, al rompimiento del estado de las cosas y entonces nos
saciamos de un baile que demuestra lo innecesario de la pantomima y la ausencia
de lo mismo que se predica. Manipular las emociones también es como el miedo,
anula la razón.