Héctor A. Gil Müller
En
reunión ante analistas Elon Musk declaró, junto con su CFO que actualmente
están enfocados en la eficiencia y aprovechamiento de las líneas de producción
en el mundo para el lanzamiento de su celebrado “cybertruck” y que prefería no
comprometer una fecha de construcción de la planta en México. Esperaría
observar la evolución de la economía y del tipo de cambio para enfrentar de
mejor manera la expansión. Por su parte el gobierno de nuevo león insiste en
continuar con las obras para la instalación de la planta confiando en la
palabra del magnate y en las inversiones actualmente hechas. Dos mensajes que
se antojan contradictorios, consideraciones de uno y decisiones de otro parecen
palabras cuya sutil diferencia fonética significa más que solo eso. En un
mercado inversionista la especulación impacta, las decisiones se toman a partir
de pequeñas o intensas señales. Grandes negocios han colapsado por simples
insinuaciones y otros han crecido por leves admiraciones. Por lo pronto mas y
mas empresas se instalan en suelo mexicano para aprovechar su cercanía con el
apetitoso mercado americano.
En
México, en el Congreso de la República la Cámara de Diputados aprobó el recorte
y eliminación de 13 fideicomisos del Poder Judicial Federal. Estos instrumentos
representan más de 15 mil millones que serán reasignados por la Tesorería
Federal a los programas del Desarrollo Nacional que mantiene el presidente
López Obrador. Este combate que ahora está en el Senado de la República ha
ocasionado diversos paros en los juzgados federales que se manifiestan ante un
ataque directo que representaría la pérdida de beneficios laborales. Por su
parte el presidente solo se ha limitado a señalar que los beneficios derivados
de los fideicomisos solamente aplicaban para la cúpula en el poder judicial sin
representar un beneficio a los trabajadores. Dos versiones de un mismo mensaje
en dos comunidades que escuchan y saben leer entre líneas.
La
comunicación lo es todo. Solo entendemos aquello que nombramos, los antiguos
griegos no tenían una palabra para describir el azul, por ello no lo usaban;
Homero habla del cielo color bronce o del mar como vino oscuro. Porque los
conceptos anteceden la interpretación. Las cosas no son como son, son como
somos. Lo que vemos es lo que entendemos y lo juzgamos a partir de muchos
antecedentes y dramáticos recuerdos. Así cualquier espera nos suena a rechazo y
recorte a pérdida. Pero también la acción que aparenta sinceridad puede ser
ingenuidad o la austeridad puede ser miseria.
El
azul no fue inserto en el vocabulario griego no por su ausencia, sino por su
incapacidad para reproducirlo, no tuvo una influencia en la vida social. Fue
hasta la edad media en la que el concepto divino se entendió a partir de la luz
y fue necesario reflejar el azul como el triunfo de la mañana ante la noche.
Todo concepto se apoya en una idea básica, un ancla que nos permite entender el
mensaje. Así el anuncio de Tesla lo entendimos a partir de una idea ancla, la
derrota. Los trabajadores del poder judicial, la pérdida. En un mundo
dependiente, hemos entendido que cuando alguien culpa a la economía, es porque
vendrá algo no humano que será usado para la pérdida de un empleo que detendrá
la provisión. De alguna manera la economía ya no es humana y ha abandonado a la
ecología como la astrología lo hizo de la astronomía.