Una “vil mentira” de Salomón Jara y Jesús Romero, versión que culpa a San Miguel El Grande de emboscada |
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*La actriz Ángeles Cruz y el edil Arcángel Ortiz afirman que el lugar donde se perpetró la emboscada es constantemente transitado por los ciudadanos con conocimiento de Fiscalía de Oaxaca y Guardia Nacional
*En entrevista, dijeron no entender cómo los agresores se adentraron a su territorio sin que la Guardia Nacional, que mantiene un operativo desde hace seis meses, no se percatara de ello
*Los autores de la agresión dispararon con armas largas desde tres direcciones: de frente y ambos costados; acusan que los policías destacamentados no peinaron la zona después de los hechos, los dejaron solos y su suerte
La actriz Ángeles Cruz y el presidente municipal de San Miguel El Grande, Arcángel Ortiz Cruz, rechazaron que la emboscada perpetrada el pasado 22 de noviembre en contra de pobladores de aquella demarcación, con saldo de cinco personas muertas –tres habitantes y dos policías-- haya sido ejecutada en una zona prohibida para transitar, como lo han afirmado de manera reiterada los máximos representantes del gobierno del estado, el gobernador, Salomón Jara, y el titular de la Secretaría de Gobierno, Jesús Romero.
En entrevista, la histrión y el primer concejal indicaron que la emboscada se registró en el paraje el Santuario de las Aves, localizado en el camino que conduce de la agencia Lázaro Cárdenas a Guadalupe Victoria, una vía que nunca ha dejado de utilizarse a pesar del ataque armado sufrido por la comunidad, el pasado cinco de mayo, que dejó como saldo tres personas muertas de Lázaro Cárdenas, así como la destrucción de 10 viviendas, una cocina comunitaria y una escuela.
Desde el día de esa, explicó Ángeles Cruz, ciudadanos del municipio de San Miguel El Grande acordaron realizar guardias de 24, 48 e incluso 72 horas en la población agraviada, con el objetivo de impedir nuevas irrupciones, por lo que los habitantes transitaban recurrentemente por la zona donde se efectuó la matanza.
De hecho, de acuerdo con la narración de las víctimas colaterales, para llegar al paraje El Santuario de las Aves, los asesinos, provistos de armas largas, tuvieron que desplazarse, primero, alrededor de 2.5 kilómetros desde la agencia Llano de Guadalupe Tlaxiaco, hasta la agencia Lázaro Cárdenas, San Miguel El Grande.
Y de ahí, atravesar esta última localidad y caminar alrededor de 1.5 kilómetros más para llegar al lugar donde se ejecutó el multihomicidio; todo ello, a pesar de que, supuestamente, la zona permanecía bajo vigilancia permanente de la Guardia Nacional, que teóricamente se valía del sobrevuelo de drones para fortalecer la seguridad.
La masacre se perpetró a 300 metros del puesto de la Guardia Nacional, cuyos elementos nunca peinaron la zona tras la agresión y menos socorrieron a las víctimas durante la balacera.
“La emboscada del 22 de noviembre fue perpetrada a 300 metros de donde está la Guardia Nacional; fue entre Lázaro Cárdenas y Guadalupe Victoria, en la parte que se supone ya no debería pasar Llano de Guadalupe, el cual queda después de la colonia Lázaro Cárdenas”, explicó Ángeles Cruz.
“Ellos (los asesinos) pasaron por la colonia Lázaro Cárdenas, se parapetaron en este lugar (Santuario de las Aves) a escondidas. Quién sabe cómo pasaron sin que fueran vistos por la Guardia Nacional, a plena luz del día, y a las 4 y tantos (de la tarde) estaban agrediendo a nuestros compañeros”, abundó.
Para la actriz multigalardonada en el ámbito nacional e internacional, es difícil concebir cómo se pudo organizar un ataque de tal magnitud sin que ninguna vigilancia se percatara, pues los ciudadanos de San Miguel El Grande y los policías que los acompañaban fueron emboscados, de acuerdo con su versión, desde tres direcciones: de frente y ambos costados. Imposible salvarse.
“No había manera de salir. Yo tuve que ir a recoger a mi hermano al lugar de los hechos y es una emboscada artera y cobarde, con armas de grueso calibre. Los boquetes en los autos, era una curva bastante difícil de dar para los carros, y ahí los agarraron por tres frentes: de frente y de los dos lados.
“No respetaron nada: iban a matar a todo mundo justo por el problema de conflicto”. |
La doliente sostuvo que desde el pasado 5 de mayo, día de la primera emboscada, la población notificaba de manera recurrente las actividades que iban a llevar a cabo en la agencia Lázaro Cárdenas, con el objetivo de que tanto las actividades no fueran interpretadas como una provocación.
Ángeles Cruz afirmó que no hubo una sola actividad, incluida la del 22 de noviembre, que no les hubiera sido reportada a la Guardia Nacional.
De hecho, añadió, las autoridades estaban tan sabedoras de que recurrentemente se efectuaban actividades, que los elementos de la guardia nacional en múltiples ocasiones iban a beber café a donde los ciudadanos vigilaban su territorio.
“Justo porque sabemos de lo delicado, cuando se iba el carro de la Fiscalía iba escoltándolos; esta gente disparó contra todos. No les importó nada y la Guardia Nacional estaba a 300 metros…
“BUSQUEN, POR FAVOR… BUSQUEN”, PALABRAS DE UNO DE LOS ELEMENTOS CAÍDOS
“No pudieron subir al primer disparo; no subieron, no agarraron a nadie, no peinaron la zona. El compañero de la Fiscalía mientras lo llevaban en ambulancia, decía: ‘Busquen, busquen, por favor; busquen’… después falleció, pero él decía que buscaran en la zona y, pues, nada”.
Sin embargo, desde el día siguiente de la agresión, las autoridades estatales, primero, a través del secretario de Gobierno, Jesús Romero, y luego, por medio del gobernador, Salomón Jara, acusaron a San Miguel El Grande de haber provocado la emboscada al ingresar a una zona prohibida, donde, supuestamente, ambas poblaciones no debían llegar.
“Esos son los hechos, por eso ofende mucho las declaraciones del secretario de Gobierno y del Gobernador”.
Cruz, agregó: “En nuestro pueblo, en nuestra comunidad, desde que empezó esto, vemos drones todo el tiempo, y yo pregunté al secretario de Gobierno que qué eran y me dijeron que eran de inteligencia militar; entonces, cómo la inteligencia militar no se da cuenta cuando va gente altamente armada a parapetarse en medio del cerro y a disparar a diestra y siniestra; no entiendo cómo no los ven.
“El cinco de mayo (fecha del primer ataque contra Lázaro Cárdenas) pasó lo mismo y parece que ahí sí los vieron, sí los vieron subir y no avisaron a mi comunidad para prevenirlos para que salieran, para que nadie saliera lastimado, para hacer algo”, lamentó
“Vemos omisión por parte del gobierno estatal, una terrible omisión que nos ha costado seis vidas… nos dijeron ‘porque empezaron a trabajar en la colonia Lázaro Cárdenas, a reparar sus casas, tienen la culpa’, cuando a nosotros, el día que estuvimos sentados frente al Gobernador, nos dijeron que había sido aprobado el apoyo para reparar nuestras 10 casas y nuestra escuela”.
“¿Qué quiere decir?, que podíamos estar ahí y fuimos muy cuidadosos, lo único que estábamos haciendo era reparar nuestra cocina comunitaria porque en las guardias entraba muchísimo frío y era también donde se le brindaba un cafecito o algo a la Guardia Nacional”, reveló.
DÍA DE TEQUIO, EL DÍA DE LA DESGRACIA
El presidente municipal de San Miguel El Grande, narró que los pobladores de Lázaro Cárdenas y el resto de ciudadanos programaron realizar un tequio a partir de las 8 de la mañana de ese 22 de noviembre con el objetivo de rehabilitar la cocina comunitaria de la localidad, que permanecía destruida desde el ataque del 5 de mayo.
Durante la mañana, un camión con madera arribó a Lázaro Cárdenas para llevar a cabo los trabajos respectivos.
A las 12:30 del día, Arcángel Ortiz Cruz dijo que tuvo que abandonar la zona y regresar al palacio municipal porque tenía que cumplir una serie de compromisos.
Después de un trayecto de 30 minutos, arribó a la sede del ayuntamiento a la 1 de la tarde y comenzó los preparativos.
“Nos fuimos a atender el asunto a las 4 de la tarde; como a las 5:15 de la tarde recibimos el comunicado de que se dio ese atentado y tuvimos que confirmar el asunto y efectivamente en esa tarde cayeron nuestros compañeros Román Cruz Murillo, José Pérez Mendoza, Gabriel Cruz Ortiz y un policía de la Agencia Estatal de Investigaciones”, precisó.
“El otro policía tuvimos información de que en el hospital o antes de llegar al hospital falleció, así se dieron los hechos”.
La autoridad sentenció: “En el lugar donde se perpetraron, donde se acomodaron los emboscadores, se halló un radio que en la pantalla dice Llano de Guadalupe; no hay ninguna duda que hayan sido ellos…”. |
UNA VIL MENTIRA…
El primer concejal sostuvo: “La declaración del señor Gobernador, de que nosotros entramos en una zona prohibida es una vil mentira; lo aclaro, es una vil mentira.
“Nosotros nos estamos moviendo entre nuestras dos comunidades: la comunidad de Lázaro Cárdenas y la comunidad de Guadalupe Victoria; nosotros nos desplazamos a arreglar los asuntos, los trabajos que tenemos pendientes (entre esas zonas), en ningún momento estamos en una zona prohibida”. |
Uno de los hallazgos que más llamó la atención de los pobladores de San Miguel El Grande, se registró el 5 de mayo tras el primer ataque de este año.
Ángeles Cruz narró que en esa ocasión se desplazó, con el permiso de su comunidad Guadalupe Victoria, a Lázaro Cárdenas donde fue notificada que la Fiscalía de Oaxaca había decomisado más de 5 mil casquillos percutidos, lo que evidenció el poder de armamento con que cuenta la comunidad vecina.
Sin embargo, también se dio cuenta que los casquillos que todavía permanecían en el lugar de los hechos tenían leyendas distintivas de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, así como números de serie.
Cuando consultó al respecto a un elemento de la Guardia Nacional este le respondió que se trataba de armamento clonado.
Narró que después del ataque del 5 de mayo, cuando la Fiscalía dijo que ya había revisado la zona, su comunidad le permitió acudir al lugar y levantar un registro como parte de sus archivos.
Y cuando fue a levantar ese registro caminando, le explicaba la gente que sobrevivió de dónde habían provenido los disparos, fue y había muchos casquillos. La Fiscalía ya se había llevado 5 mil casquillos que había recogido ese día.
“Imagínense la cantidad de armas que llevaban, la cantidad de parque que llevaban y todavía nosotros encontramos cosas así. Yo pregunté a la gente de la Guardia Nacional que estaba ahí, que si lo podía levantar (un casquillo) y me dijo que ya se habían llevado la evidencia suficiente”, afirmó.
“Tuve la precaución de agarrarlo con un guante y ver el casquillo de cerca y decía Guardia Nacional y empezamos a buscar otros casquillos y decían Ejército Nacional y venían con códigos marcados y le pregunté a un compañero de la Guardia Nacional que estaba ahí por qué estaba así y dice: ‘Hay muchas balas que son clones’.
“Qué necesidad tiene la gente que hace balas clones de modificarlas; no hay ninguna necesidad, esto tiene un número de serie y el gobierno debería saber dónde están estas cosas porque cada vez que entregan un paquete a las diferentes policías, a las diversas corporaciones, a los distintos estados, tienen que estar registrados como los billetes”, externó.
“Cuáles son los códigos de esas balas para ver dónde terminan; es brutal lo que está pasando. La manera en que atacan es con entrenamiento militar”, reveló indignada la cineasta.
IMPUNIDAD
La actriz sostuvo que a pesar de la magnitud de los ataques perpetrados contra San Miguel El Grande, la autoridad Estatal optó por negociar con los presuntos atacantes, al grado de liberar a uno que había sido detenido después del 5 de mayo.
La liberación se dio porque a raíz de esa detención, la población de Llano de Guadalupe secuestró a cinco pobladores de San Miguel El Grande, y para dispensar el contexto social, el gobierno Estatal optó por liberar y cancelar órdenes de aprehensión.
Seis meses después, sin embargo, se registró otra matanza.
Ayer por la noche, la Fiscalía estatal notificó sobre la detención del presunto autor intelectual de la emboscada del 22 de noviembre, el presidente de Bienes Comunales de Tlaxiaco, Jesús Manuel H. C., quien quedó a disposición de las autoridades estatales. |
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