Sede de las Naciones Unidas, Nueva York.- Sr. Presidente de la Asamblea General,
Excelencias,
Señoras y Señores,
Nuestro mundo se encuentra en un torbellino.
Estamos en una era de transformación épica, afrontando retos como nunca antes habíamos visto, retos que exigen soluciones globales.
Sin embargo, las divisiones geopolíticas siguen profundizándose. El planeta sigue calentándose.
Las guerras arrecian sin que sepamos cómo acabarán.
Y las posturas nucleares y las nuevas armas proyectan una oscura sombra.
Nos acercamos a lo inimaginable: un polvorín que corre el riesgo de engullir el mundo.
Mientras tanto, 2024 es el año en que la mitad de la humanidad acude a las urnas de votación, y toda la humanidad se verá afectada.
Mientras tanto, 2024 es el año en que la mitad de la humanidad acude a las urnas de votación, y toda la humanidad se verá afectada.
Me presento ante ustedes en este torbellino convencido de dos verdades primordiales.
En primer lugar, el estado de nuestro mundo es insostenible.
No podemos seguir así.
Y en segundo lugar, los retos a los que nos enfrentamos tienen solución.
Pero eso requiere que nos aseguremos de que los mecanismos de resolución internacional de problemas realmente resuelven problemas.
Pero eso requiere que nos aseguremos de que los mecanismos de resolución internacional de problemas realmente resuelven problemas.
La Cumbre del Futuro fue un primer paso, pero nos queda mucho camino por recorrer.
Para lograrlo, debemos hacer frente a tres grandes factores de insostenibilidad.
Un mundo de impunidad, en el que las violaciones y los abusos amenazan los cimientos mismos del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.
Un mundo de desigualdad, en el que las injusticias y los agravios amenazan con socavar a los países o incluso llevarlos al borde del abismo.
Y un mundo de incertidumbre, en el que los riesgos globales no gestionados amenazan nuestro futuro de forma incognoscible.
Estos mundos de impunidad, desigualdad e incertidumbre están conectados y colisionan.
Excelencias,
Excelencias,
El nivel de impunidad en el mundo es políticamente indefendible y moralmente intolerable.
Hoy en día, un número cada vez mayor de gobiernos y otras personas se sienten con derecho a una tarjeta de “salir libre de la cárcel”.
Pueden pisotear el derecho internacional.
Pueden violar la Carta de las Naciones Unidas.
Pueden hacer la vista gorda a los convenios internacionales de derechos humanos o a las decisiones de los tribunales internacionales.
Pueden hacer caso omiso del derecho internacional humanitario.
Pueden invadir otro país, arrasar sociedades enteras o despreciar por completo el bienestar de su propio pueblo.
Y no pasará nada.
Vemos esta era de impunidad en todas partes: en Oriente Próximo, en el corazón de Europa, en el Cuerno de África y más allá.
La guerra en Ucrania se extiende sin visos de cesar.
La población civil está pagando el precio, con un creciente número de muertos y vidas y comunidades destrozadas.
Es hora de una paz justa basada en la Carta de las Naciones Unidas, en el derecho internacional y en las resoluciones de la ONU.
Mientras tanto, Gaza es una pesadilla incesante que amenaza con llevarse por delante a toda la región.
No hay más que mirar al Líbano.
Todos deberíamos alarmarnos por la escalada.
Líbano está al borde del abismo.
El pueblo del Líbano, el pueblo de Israel y el pueblo del mundo no pueden permitirse que el Líbano se convierta en otra Gaza.
Seamos claros.
Nada puede justificar los aborrecibles actos de terror cometidos por Hamás el 7 de octubre, ni la toma de rehenes, que he condenado en repetidas ocasiones.
Y nada puede justificar el castigo colectivo del pueblo palestino.
La velocidad y la escala de la matanza y la destrucción en Gaza no se parecen a nada en mis años como Secretario General.
Más de 200 personas, miembros de nuestro personal han muerto, muchas de ellas con sus familias.
Y, sin embargo, las mujeres y los hombres de las Naciones Unidas siguen prestando ayuda humanitaria.
Sé que se unen a mí para rendir un homenaje especial a UNRWA y a todos los trabajadores humanitarios en Gaza.
La comunidad internacional debe movilizarse por un alto el fuego inmediato, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y el inicio de un proceso irreversible hacia una solución de dos Estados.
A quienes siguen socavando ese objetivo con más asentamientos, más apropiaciones de tierras, más incitación... les pregunto:
¿Cuál es la alternativa?
¿Cómo podría el mundo aceptar un futuro de un solo Estado en el que se incluyera a un gran número de palestinos sin ningún tipo de libertad, derechos o dignidad?
En Sudán, una brutal lucha por el poder ha desatado una violencia espantosa, que incluye violaciones y agresiones sexuales generalizadas.
Se está produciendo una catástrofe humanitaria a medida que se extiende la hambruna. Sin embargo, las potencias extranjeras siguen interfiriendo sin un enfoque unificado para encontrar la paz.
En el Sahel, la dramática y rápida expansión de la amenaza terrorista exige un enfoque conjunto basado en la solidaridad, pero la cooperación regional e internacional se ha roto.
De Myanmar a la República Democrática del Congo, de Haití a Yemen y más allá, seguimos presenciando terribles niveles de violencia y sufrimiento humano ante la incapacidad crónica de encontrar soluciones.
Mientras tanto, nuestras misiones de mantenimiento de la paz operan con demasiada frecuencia en zonas donde sencillamente no hay paz que mantener.
La inestabilidad en muchos lugares del mundo es un subproducto de la inestabilidad en las relaciones de poder y las divisiones geopolíticas.
A pesar de todos sus peligros, la Guerra Fría tenía reglas.
Había líneas directas, líneas rojas y barandillas.
Puede dar la sensación de que hoy no tenemos eso.
Tampoco tenemos un mundo unipolar.
Estamos avanzando hacia un mundo multipolar, pero aún no hemos llegado a él.
Estamos en un purgatorio de polaridad.
Y en este purgatorio, cada vez más países llenan los espacios de las divisiones geopolíticas, haciendo lo que quieren sin rendir cuentas.
Por eso es más importante que nunca reafirmar la Carta, respetar el derecho internacional, apoyar y aplicar las decisiones de los tribunales internacionales y reforzar los derechos humanos en el mundo.
En cualquier lugar y en todas partes.
Excelencias, Señoras y Señores,
Excelencias, Señoras y Señores,
El aumento de las desigualdades es un segundo motor de la insostenibilidad y una mancha en nuestra conciencia colectiva.
La desigualdad no es una cuestión técnica o burocrática.
En el fondo, la desigualdad es una cuestión de poder con raíces históricas.
Los conflictos, la agitación climática y la crisis del coste de la vida están profundizando esas raíces.
Al mismo tiempo, el mundo no se ha recuperado del aumento de las desigualdades provocado por la pandemia.
De los 75 países más pobres del mundo, un tercio está peor hoy que hace cinco años.
Durante ese mismo periodo, los cinco hombres más ricos del mundo han duplicado con creces su riqueza.
Y el 1% de las personas más ricas del planeta posee el 43% de todos los activos financieros mundiales.
En el ámbito nacional, algunos gobiernos están incrementando las desigualdades al conceder enormes ventajas fiscales a las empresas y a las personas más ricas, al tiempo que reducen las inversiones en sanidad, educación y protección social.
Nadie está siendo más perjudicado que las mujeres y las niñas del mundo.
Excelencias,
Excelencias,
La discriminación y los abusos por razón de género son las desigualdades más frecuentes en todas las sociedades.
Cada día, parece que nos enfrentamos a más casos enfermizos de feminicidio, violencia de género y violaciones masivas, tanto en tiempos de paz como en armas de guerra.
En algunos países, las leyes se utilizan para amenazar la salud y los derechos reproductivos.
Y en Afganistán, las leyes se están utilizando para encerrar la opresión sistemática de mujeres y niñas.
Y lamento observar que, a pesar de años de palabrería, la desigualdad de género está a la vista, y lamento mencionarlo aquí, la desigualdad de género está a la vista en esta misma Sala.
Menos del 10% de los oradores del Debate General de esta semana son mujeres.
Esto es inaceptable, especialmente cuando sabemos que la igualdad de género favorece la paz, el desarrollo sostenible, la acción por el clima y mucho más.
Precisamente por eso adoptamos medidas específicas para lograr la paridad de género entre los altos cargos de las Naciones Unidas, un objetivo que ya se ha alcanzado.
Es factible.
Hago un llamamiento a los establecimientos políticos y económicos de todo el mundo dominados por hombres para que también lo hagan.
Excelencias,
Excelencias,
Las desigualdades globales se reflejan y refuerzan incluso en nuestras propias instituciones globales.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue diseñado por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.
La mayor parte de África estaba aún bajo dominación colonial.
Al día de hoy, África no tiene un puesto permanente en el principal consejo de paz del mundo.
Esto debe cambiar.
Lo mismo debe ocurrir con la arquitectura financiera mundial, creada hace 80 años.
Felicito a los dirigentes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional por haber dado pasos importantes.
Pero como subraya el Pacto por el Futuro, abordar las desigualdades exige acelerar la reforma de la arquitectura financiera internacional.
En las últimas ocho décadas, la economía mundial ha crecido y se ha transformado.
Las instituciones de Bretton Woods no han seguido el ritmo.
Ya no pueden proporcionar una red de seguridad mundial ni ofrecer a los países en desarrollo el nivel de apoyo que necesitan.
Los pagos de intereses de la deuda en los países más pobres del mundo cuestan ahora más, por término medio, que las inversiones en educación, sanidad e infraestructuras juntas.
Y en todo el mundo, más del 80% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no están bien encaminadas.
Excelencias,
Excelencias,
Volver a la senda correcta requiere un aumento de la financiación para la Agenda 2030 y el Acuerdo de París.
Esto significa que los países del G20 deben liderar un estímulo para los ODS de 500.000 millones de dólares al año.
Significa reformas para aumentar sustancialmente la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo y permitirles aumentar masivamente la financiación asequible a largo plazo para el clima y el desarrollo.
Significa ampliar la financiación de contingencia mediante el reciclaje de los Derechos
Especiales de Giro.
Y significa promover la reestructuración de la deuda a largo plazo.
Excelencias,
Excelencias,
No me hago ilusiones sobre los obstáculos a la reforma del sistema multilateral.
Aquellos quienes tienen poder político y económico - y los que creen tenerlo - son siempre reacios al cambio.
Pero el statu quo ya está agotando su poder.
Sin reforma, la fragmentación es inevitable, y las instituciones mundiales serán menos legítimas, menos creíbles y menos eficaces.
Excelencias,
Excelencias,
El tercer motor de nuestro mundo insostenible es la incertidumbre.
El suelo se mueve bajo nuestros pies.
Los niveles de ansiedad están por las nubes.
Y las juventudes, en particular, cuentan con nosotros y buscan soluciones.
La incertidumbre se ve agravada por dos amenazas existenciales: la crisis climática y el rápido avance de la tecnología, en particular de la inteligencia artificial.
Excelencias,
Nos encontramos en una crisis climática.
Las temperaturas extremas, los incendios descontrolados, las sequías y las inundaciones épicas no son desastres naturales.
Son desastres humanos, alimentados cada vez más por los combustibles fósiles.
Ningún país se libra. Pero los más pobres y vulnerables son los más afectados.
Los riesgos climáticos están haciendo un agujero en los presupuestos de muchos países africanos, con un coste de hasta el 5% del PIB cada año.
Y esto es sólo el principio.
Vamos camino de sobrepasar el límite global de 1.5 grados de aumento de la temperatura.
Pero mientras el problema empeora, las soluciones mejoran.
Los precios de las energías renovables caen en picado, su implantación se acelera y las vidas se transforman gracias a una energía limpia, asequible y accesible.
Las energías renovables no sólo generan energía. Generan empleo, riqueza, seguridad energética y un camino para salir de la pobreza para millones de personas.
Pero los países en desarrollo no pueden ser expoliados en ese camino.
Nuestro Panel sobre Minerales Críticos ha recomendado formas justas y sostenibles de satisfacer la demanda mundial de estos recursos, esenciales para la revolución de las energías renovables.
Excelencias,
Un futuro sin combustibles fósiles es seguro. Una transición justa y rápida no lo es.
Eso está en sus manos.
Para el próximo año, todos los países deben elaborar un nuevo y ambicioso plan nacional de acción por el clima, o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional.
Estos planes deben aunar las estrategias energéticas nacionales, las prioridades de desarrollo sostenible y las ambiciones climáticas.
Deben ajustarse al límite de 1.5 grados, abarcar toda la economía y contribuir a cada uno de los objetivos de transición energética de la COP28.
Un informe de la Agencia Internacional de la Energía publicado hoy lo desglosa.
Para 2035, por término medio, las economías avanzadas deben reducir las emisiones energéticas en un 80%, y los mercados emergentes en un 65%.
El G20 es responsable del 80% de las emisiones totales.
Deben liderar la iniciativa, respetando el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas en función de las distintas circunstancias nacionales.
Pero debe ser un esfuerzo conjunto: aunar recursos, capacidades científicas y tecnologías probadas y asequibles para que todos puedan alcanzar esos objetivos.
Es un honor para mí colaborar estrechamente con el Presidente Lula de Brasil -que es a la vez Presidente del G20 y anfitrión de la COP30- para garantizar la máxima ambición, aceleración y cooperación. Acabamos de reunirnos con ese propósito.
La financiación es esencial.
La COP29 está a la vuelta de la esquina.
Debe lograr un nuevo objetivo financiero significativo.
También necesitamos un Fondo de Pérdidas y Daños que esté a la altura de la magnitud del reto, y que los países desarrollados cumplan sus promesas de financiación de la adaptación.
Y debemos dar por fin la vuelta al guion de una situación disparatada:
Seguimos recompensando a las personas contaminadoras para que destrocen nuestro planeta.
La industria de los combustibles fósiles sigue embolsándose enormes beneficios y subvenciones, mientras que la gente corriente soporta los costes de la catástrofe climática, desde el aumento de las primas de los seguros hasta la pérdida de medios de vida.
Pido a los países del G20 que desvíen el dinero de las subvenciones y las inversiones en combustibles fósiles hacia una transición energética justa;
Que pongan un precio efectivo al carbono;
Y a poner en marcha fuentes de financiación nuevas e innovadoras -incluidos gravámenes solidarios sobre la extracción de combustibles fósiles- a través de mecanismos jurídicamente vinculantes y transparentes.
Todo ello para el año que viene y teniendo en cuenta que los culpables deben pagar la factura.
Quienes contaminan deben pagar.
Excelencias,
El rápido auge de las nuevas tecnologías plantea otro riesgo existencial impredecible.
La Inteligencia Artificial (IA) cambiará prácticamente todo lo que conocemos, desde el trabajo, la educación y la comunicación, hasta la cultura y la política.
Sabemos que la IA avanza rápidamente, pero ¿hacia dónde nos lleva?
¿A más libertad o a más conflictos?
¿A un mundo más sostenible o a una mayor desigualdad?
¿A estar mejor informados o a ser más fáciles de manipular?
Un puñado de empresas e incluso individuos ya han acumulado un enorme poder sobre el desarrollo de la IA, con escasa responsabilidad o supervisión por el momento.
Sin un enfoque global para su gestión, la inteligencia artificial podría conducir a divisiones artificiales en todos los ámbitos -una Gran Fractura con dos internets, dos mercados, dos economías- en la que cada país se vería obligado a elegir un bando, con enormes consecuencias para todos.
Las Naciones Unidas son la plataforma universal para el diálogo y el consenso.
Se encuentra en una posición única para promover la cooperación en materia de IA, sobre la base de los valores de la Carta y el derecho internacional.
El debate mundial tiene lugar aquí, o no tiene lugar.
Acojo con satisfacción los primeros pasos importantes.
Dos resoluciones de la Asamblea General, el Pacto Mundial Digital y las recomendaciones del Órgano de Alto Nivel sobre la IA pueden sentar las bases de una gobernanza inclusiva de la IA.
Avancemos juntos para hacer de la IA una fuerza para el bien.
Excelencias,
Nada dura para siempre.
Pero una característica de la vida humana es que parece lo contrario.
El orden actual siempre parece fijo.
Hasta que deja de serlo.
A lo largo de la historia de la humanidad, vemos imperios que se levantan y caen; viejas certezas que se desmoronan; cambios tectónicos en los asuntos mundiales.
Hoy nuestro rumbo es insostenible.
A todos nos interesa gestionar las épicas transformaciones en curso, elegir el futuro que queremos y guiar nuestro mundo hacia él.
Muchos han dicho que las diferencias y divisiones actuales son demasiado grandes.
Que es imposible que nos unamos por el bien común.
Ustedes han demostrado que eso no es cierto.
La Cumbre del Futuro demostró que, con un espíritu de diálogo y compromiso, podemos aunar fuerzas para dirigir nuestro mundo hacia una senda más sostenible.
No es el final.
Es el comienzo de un viaje, una brújula en el torbellino.
Sigamos adelante.
Hagamos avanzar nuestro mundo hacia menos impunidad y más responsabilidad .... menos desigualdad y más justicia... menos incertidumbre y más oportunidades.
Los pueblos del mundo nos miran, y las generaciones venideras nos mirarán a nosotros.
Que nos encuentren del lado de la Carta de las Naciones Unidas... del lado de nuestros valores y principios compartidos... y del lado correcto de la historia.
Les doy las gracias.
El suelo se mueve bajo nuestros pies.
Los niveles de ansiedad están por las nubes.
Y las juventudes, en particular, cuentan con nosotros y buscan soluciones.
La incertidumbre se ve agravada por dos amenazas existenciales: la crisis climática y el rápido avance de la tecnología, en particular de la inteligencia artificial.
Excelencias,
Nos encontramos en una crisis climática.
Las temperaturas extremas, los incendios descontrolados, las sequías y las inundaciones épicas no son desastres naturales.
Son desastres humanos, alimentados cada vez más por los combustibles fósiles.
Ningún país se libra. Pero los más pobres y vulnerables son los más afectados.
Los riesgos climáticos están haciendo un agujero en los presupuestos de muchos países africanos, con un coste de hasta el 5% del PIB cada año.
Y esto es sólo el principio.
Vamos camino de sobrepasar el límite global de 1.5 grados de aumento de la temperatura.
Pero mientras el problema empeora, las soluciones mejoran.
Los precios de las energías renovables caen en picado, su implantación se acelera y las vidas se transforman gracias a una energía limpia, asequible y accesible.
Las energías renovables no sólo generan energía. Generan empleo, riqueza, seguridad energética y un camino para salir de la pobreza para millones de personas.
Pero los países en desarrollo no pueden ser expoliados en ese camino.
Nuestro Panel sobre Minerales Críticos ha recomendado formas justas y sostenibles de satisfacer la demanda mundial de estos recursos, esenciales para la revolución de las energías renovables.
Excelencias,
Un futuro sin combustibles fósiles es seguro. Una transición justa y rápida no lo es.
Eso está en sus manos.
Para el próximo año, todos los países deben elaborar un nuevo y ambicioso plan nacional de acción por el clima, o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional.
Estos planes deben aunar las estrategias energéticas nacionales, las prioridades de desarrollo sostenible y las ambiciones climáticas.
Deben ajustarse al límite de 1.5 grados, abarcar toda la economía y contribuir a cada uno de los objetivos de transición energética de la COP28.
Un informe de la Agencia Internacional de la Energía publicado hoy lo desglosa.
Para 2035, por término medio, las economías avanzadas deben reducir las emisiones energéticas en un 80%, y los mercados emergentes en un 65%.
El G20 es responsable del 80% de las emisiones totales.
Deben liderar la iniciativa, respetando el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas en función de las distintas circunstancias nacionales.
Pero debe ser un esfuerzo conjunto: aunar recursos, capacidades científicas y tecnologías probadas y asequibles para que todos puedan alcanzar esos objetivos.
Es un honor para mí colaborar estrechamente con el Presidente Lula de Brasil -que es a la vez Presidente del G20 y anfitrión de la COP30- para garantizar la máxima ambición, aceleración y cooperación. Acabamos de reunirnos con ese propósito.
La financiación es esencial.
La COP29 está a la vuelta de la esquina.
Debe lograr un nuevo objetivo financiero significativo.
También necesitamos un Fondo de Pérdidas y Daños que esté a la altura de la magnitud del reto, y que los países desarrollados cumplan sus promesas de financiación de la adaptación.
Y debemos dar por fin la vuelta al guion de una situación disparatada:
Seguimos recompensando a las personas contaminadoras para que destrocen nuestro planeta.
La industria de los combustibles fósiles sigue embolsándose enormes beneficios y subvenciones, mientras que la gente corriente soporta los costes de la catástrofe climática, desde el aumento de las primas de los seguros hasta la pérdida de medios de vida.
Pido a los países del G20 que desvíen el dinero de las subvenciones y las inversiones en combustibles fósiles hacia una transición energética justa;
Que pongan un precio efectivo al carbono;
Y a poner en marcha fuentes de financiación nuevas e innovadoras -incluidos gravámenes solidarios sobre la extracción de combustibles fósiles- a través de mecanismos jurídicamente vinculantes y transparentes.
Todo ello para el año que viene y teniendo en cuenta que los culpables deben pagar la factura.
Quienes contaminan deben pagar.
Excelencias,
El rápido auge de las nuevas tecnologías plantea otro riesgo existencial impredecible.
La Inteligencia Artificial (IA) cambiará prácticamente todo lo que conocemos, desde el trabajo, la educación y la comunicación, hasta la cultura y la política.
Sabemos que la IA avanza rápidamente, pero ¿hacia dónde nos lleva?
¿A más libertad o a más conflictos?
¿A un mundo más sostenible o a una mayor desigualdad?
¿A estar mejor informados o a ser más fáciles de manipular?
Un puñado de empresas e incluso individuos ya han acumulado un enorme poder sobre el desarrollo de la IA, con escasa responsabilidad o supervisión por el momento.
Sin un enfoque global para su gestión, la inteligencia artificial podría conducir a divisiones artificiales en todos los ámbitos -una Gran Fractura con dos internets, dos mercados, dos economías- en la que cada país se vería obligado a elegir un bando, con enormes consecuencias para todos.
Las Naciones Unidas son la plataforma universal para el diálogo y el consenso.
Se encuentra en una posición única para promover la cooperación en materia de IA, sobre la base de los valores de la Carta y el derecho internacional.
El debate mundial tiene lugar aquí, o no tiene lugar.
Acojo con satisfacción los primeros pasos importantes.
Dos resoluciones de la Asamblea General, el Pacto Mundial Digital y las recomendaciones del Órgano de Alto Nivel sobre la IA pueden sentar las bases de una gobernanza inclusiva de la IA.
Avancemos juntos para hacer de la IA una fuerza para el bien.
Excelencias,
Nada dura para siempre.
Pero una característica de la vida humana es que parece lo contrario.
El orden actual siempre parece fijo.
Hasta que deja de serlo.
A lo largo de la historia de la humanidad, vemos imperios que se levantan y caen; viejas certezas que se desmoronan; cambios tectónicos en los asuntos mundiales.
Hoy nuestro rumbo es insostenible.
A todos nos interesa gestionar las épicas transformaciones en curso, elegir el futuro que queremos y guiar nuestro mundo hacia él.
Muchos han dicho que las diferencias y divisiones actuales son demasiado grandes.
Que es imposible que nos unamos por el bien común.
Ustedes han demostrado que eso no es cierto.
La Cumbre del Futuro demostró que, con un espíritu de diálogo y compromiso, podemos aunar fuerzas para dirigir nuestro mundo hacia una senda más sostenible.
No es el final.
Es el comienzo de un viaje, una brújula en el torbellino.
Sigamos adelante.
Hagamos avanzar nuestro mundo hacia menos impunidad y más responsabilidad .... menos desigualdad y más justicia... menos incertidumbre y más oportunidades.
Los pueblos del mundo nos miran, y las generaciones venideras nos mirarán a nosotros.
Que nos encuentren del lado de la Carta de las Naciones Unidas... del lado de nuestros valores y principios compartidos... y del lado correcto de la historia.
Les doy las gracias.
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