Héctor A.
Gil Müller
El escritor Austriaco Johannes Mario Simmel acuñó la frase: “Una
historia no es sólo verdad cuando se narra cómo ha sucedido, sino también
cuando relata cómo hubiera podido acontecer”. Que cierto, la historia tambien
juzga desde la tribuna del hubiera, es cruel ese mandato, porque los beneficios
casi siempre se ponderan y duele lo que no se alcanza tanto como aquello que se
pierde.
La narrativa acompaña siempre la interpretación, mediante
las emociones, de aquello que con simpleza vemos, le da sentido y también
expectativa, la narrativa construye y redime cualquier historia. Quienes narran
la derrota pueden incluir adjetivos de injusticia o de castigo, quienes narran
los éxitos lo hacen desde la recompensa o el arrebato.
Claudia Sheinbaum dijo entre su campaña presidencial:
“tendré un gobierno cercano a territorios y no encerrado en escritorios” ,
también pronunció: “La democracia se fortalece con el proyectio de la
transformación. Como el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”,
haciendo de su narrativa una mezcla entre sus ideales y las definiciones
existentes. “El pueblo de Mexico dispuso superar el viejo modelo neoliberal y
comenzar a escribir el capítulo de la economía moral bajo el liderazgo del
mejor presidente de la historia: Andrés Manuel López Obrador”. Una tremenda
frase que arrebató los aplausos no por el contenido del mensaje sino por el
actor citado. La narrativa de la reforma judicial no es un triunfo político si
su narrativa está plagada de abusos desde el poder, intransigencia y falta de
claridad respecto a su implementación. Un lapidario mensaje que pretende
resolver un problema con una herramienta que no asegura su limpieza. Una
reforma que llega en mal momento. Esas ausencias seguramente volverán los
aspectos positivos de la misma, en el basurero ideal para cualquier crítica de
oposición. Ahora viene el turno de la evaluación de lo hecho, los números que
darán una nueva narrativa, la evaluación del cambio. Aunque seguramente esos
números estarán sujetos a ser escuchados por la traducción de la narrativa del
discurso.
La narrativa genera expectativas pero también construye la
historia que vamos a vivir. Sin la narrativa, como la conocemos, seguramente el
poema de Goytisolo sería diferente, aquel que habla sobre una bruja hermosa, un
pirata honesto y unos malvados corderitos que molestaban a un lobito bueno.
En el día mundial de prevención del suicidio, el 10 de
septiembre, la frase que se eligió a nivel global para acompañar ese día de
reflexión fue; “Cambiando la narrativa sobre el suicidio”, con acciones
específicas tratan de cambiar de una cultura de silencio, estigma y crisis a
una de compasión, educación, prevención, apoyo y empoderamiento.
Lamentablemente el suicidio sigue siendo una de las
principales causas de muerte en nuestro país y en el mundo, aparece como una
estadística fria desde los 10 años. Por cada 4 hombres que cometen suicidio una
mujer lo hace. El INEGI ha identificado a Chihuahua como el Estado con mayor
cantidad de suicidios por cada 100 mil habitantes. Algo estamos haciendo muy
mal como sociedad como para conducir a otros a ésta lamentable decisión.
Desde el 2016 la cinta con colores amarillo y naranja
representa la lucha y decisión de apoyo ante este trágico fenómeno. La
responsabilidad es colectiva, y no se puede resumir en un “todos”, sino en un “yo”.
¿Quién puede desafiarse para atender y luechar contra ésta crisis?; yo.