El
sistema electro-energético nacional (SEN) de Cuba ha sufrido récords históricos
de déficit de generación eléctrica. El primer colapso a nivel nacional tuvo
lugar el viernes 18, en horas de la mañana; con reiterados episodios a lo largo
del fin de semana. A día de hoy (21 de octubre a las 20:06, hora Cuba) el
servicio ha sido restituido en gran parte de La Habana, no así, en todo el
país. Un panorama que se ha agravado en la zona oriental con la llegada del
huracán Óscar.
Hasta
el momento, se reportan seis fallecimientos en San Antonio del Sur, provincia
de Guantánamo, producto del huracán. Comunidades completas en apagón y sin
comunicación alguna, pudieron influir en que algunos de sus miembros no
estuvieran al tanto de la existencia del fenómeno atmosférico y, por tanto, no
tomar las medidas necesarias para afrontar su llegada.
La
nueva crisis energética ha estado acompañada de la toma del espacio público por
parte de la ciudadanía, quienes exigen una respuesta rápida a la dirigencia del
Partido Comunista de Cuba (PCC). Desde el sábado 19 de octubre, se han
reportado «cacerolazos» en disímiles áreas de la capital; entre ellas Centro
Habana, Cerro, 20 de Mayo y Guanabacoa. Algunos de estos despliegues han sido
reprimidos por parte de las llamadas «boinas negras» o Brigadas Especiales
Nacionales (BEN), del Ministerio del Interior.
Mientras
el estado de los alimentos en la Isla peligra estrepitosamente, el aparato
oligárquico del PCC, en conjunto con los medios oficialistas, ha optado por
desmentir la existencia de un problema de combustible. Hablan de «máximos
esfuerzos» por el abastecimiento del crudo que no es tangible.
A su
vez, el Gobierno de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha optado por la suspensión de
«servicios no vitales»; entre ellos, las actividades docentes y
culturales. Y, tal como sucedió con las protestas masivas del 11 de julio de
2021 (11J), el presidente ha vuelto a desacreditar los reclamos populares;
calificando de borrachos o personas en «estado de embriaguez» a quienes
ejercieron su derecho constitucional a la protesta.
El
gobierno estalinista cubano ha vuelto a obviar los reclamos de un pueblo en
estado de indefensión, represión y precariedad. Una población envejecida en más
de un 20% de su total número de habitantes; con una pensión que no alcanza para
cubrir la canasta básica; con un sistema de salud pública depauperado, que
obliga a la población a acudir a un mercado informal dolarizado; y con un
sistema de educación en estado de alarma. Una población que carece de servicios
hidráulicos, transporte, higiene y demás.
Un
grupo de variables que, como efecto dominó, ha terminado derivando en otros
graves problemas como la pobreza, el racismo, los feminicidios, la
desnutrición, el trabajo infantil, el crimen y la corrupción. Por eso, el
colapso del cual hoy somos testigos, no se limita al sistema energético
nacional.
El
colectivo de Socialistas en Lucha denuncia todas estas vicisitudes y exige al
Gobierno de Miguel Díaz-Canel su más inmediata dimisión. Entendemos el actual
contexto cubano como un colapso sistémico-estructural no reformable. Nos
solidarizamos con las víctimas del huracán Óscar y hacemos responsable al
oficialismo. Denunciamos las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos,
que termina perjudicando a trabajadores y trabajadoras, y no a la alta
burguesía militar cubana. Pero también denunciamos el uso indiscriminado de
estas sanciones por parte del PCC para justificar la traición a la clase
obrera, el autoritarismo y la represión.
Y,
por último, desmentimos la existencia de un Estado Socialista de Derecho en
Cuba.
Una
burguesía militar estalinista en Cuba jamás trazará un camino viable hacia el
socialismo y el empoderamiento popular. Cuba es una revolución traicionada.
Firma,
Socialistas
en Lucha, colectivo marxista, anticapitalista, antiautoritario e
internacionalista.