Hector A. Gil Müller
En Argentina el presidente Milei
se encuentra metido en un fuerte escandalo por la promoción de una criptomoneda
que terminó beneficiando a sus creadores de una manera poco ética. El
mandatario posteó en sus redes sociales sobre un programa de inversión en
criptomonedas que terminó diluyéndose tan pronto aumentó su precio, miles de
inversionistas perdieron su apuesta. Tras la crisis Milei otorgó una entrevista
que más bien era un episodio prefabricado y emitió una interesante frase: “Yo
no lo promocioné, solo lo difundí” Hoy el representante de ese liberalismo
resurgente enfrenta amenazas y acusaciones por haber transgredido la delgada
línea entre la difusión, que él dijo hacer, y la promoción que todos
entendieron. Vivimos tiempos en que la difusión de algo en si mismo es la
principal promoción. Afirman quienes saben que no importa la bondad o maldad de
un discurso, con que te mencionen es suficiente. Claro ejemplo de la necesidad
de límites, sobre todo en la libertad. El liberalismo sin límites pierde su forma.
Los límites, en nuestra difusión o promoción, nos dan seguridad y velocidad.
Un jefe de Estado y propiamente
cualquier funcionario, está investido con la autoridad suficiente para actuar
en representación de otro. Las competencias de sus facultades pueden cambiar,
limitarse o extenderse, pero su autoridad representa algo más. De ahí la esencia y alma de la toga que antes
investía al burócrata para hacer sentir que se trata de alguien diferente al
individuo. En esa representación la transgresión de límites es condenada. Los
poderes tienden a fraccionarse y debilitarse, en México, en los últimos 50 años
se han abierto 24 carpetas de investigación por delitos relacionados con el
cargo contra 7 presidentes de México.
En México la nominación de seis
carteles mexicanos como organizaciones terroristas por Estados Unidos de
América ha traído la discusión sobre la intervención en temas de seguridad a
nuestras fronteras. El Cartel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Cárteles
Unidos, Cartel del Noroeste, Cartel del Golfo y La Nueva Familia Michoacana son
las organizaciones que ahora tienen un espacio en la lista que desde 2001 se
utiliza en EUA para identificar riesgos de seguridad tras los atentados del
9-11. Esta lista despliega objetivos de alerta, pero actualmente utilizada por
el gobierno de Trump como una lista de prioridad y objetivos en su campaña
mediata de reconstrucción nacional. Una lista que esta siendo muy difundida.
El contexto actual ante la dura
promoción que se ha mantenido desde la casa blanca contra los esfuerzos de las
autoridades mexicanas exige la difusión de las acciones que ahora parecen
enlistarse para llamar la atención y constatar que el combate existe y no es
verdad el narcogobierno mexicano que Trump ha insistido desde su arribo a la
presidencia.
La coincidencia de todas estas
estampas es la imagen que se construye y se destruye dando o quitando certeza.
Milei enfrenta el desprestigio de un error que claramente busca venganza más
que justicia, Trump construye una imagen que describe el cumplir con lo dicho
independientemente su viabilidad o certeza y Sheinbaum defiende una imagen a
pesar de un arduo pasado que parece evidenciar cada vez más la relación del
crimen con el poder. Y los demás; viendo promocionar la venganza queremos
difundir la justicia.